lunes, 23 de enero de 2012

CÓMO OPTIMIZAR EL CONTROL SOLAR EN LOS EDIFICIOS I


La preocupación por la protección térmica siempre ha sido muy significativa en la arquitectura española. La tradición mediterránea ha protegido habitualmente sus huecos frente a los excesos de la radiación solar, aunque las nuevas tendencias han venido privando a las ventanas de sus protecciones, ya que la imagen y la transparencia, objetivo de algunas arquitecturas contemporáneas, aumentó el tamaño de las superficies acrisoladas, que en ocasiones se presentan totalmente desprotegidas, con la merma de confort que ello supone en las regiones de clima más soleado.
En las regiones más cálidas, disponer de sombra es casi un lujo y por ello los huecos de los edificios han estado normalmente bien protegidos mediante sistemas de control solar. Una de las más importantes protecciones utilizadas ha sido la persiana enrollable o la más sofisticada de lamas orientables. Pero, además, las ventanas tenían contraventanas y, por motivos de decoración y también de protección térmica, se añadían cortinas y visillos para matizar la luz. Todos estos elementos se combinan para dotar a las estancias del confort necesario en cada momento. De hecho, hasta bien entrado el siglo XX, cualquier edificio que se preciara planteaba el tema de la protección solar y en los establecimientos comerciales ha sido muy tradicional la utilización de toldos que, a la vez que protegen, suelen ser un buen reclamo para los clientes.
Una rápida mirada hacia los edificios de nuestro entorno permite distinguir diferentes elementos arquitectónicos adicionales conducentes a reducir los sobrecalentamientos que se originan motivados por la insolación a través de las aperturas. Las grandes compañías empresariales, entidades financieras, etc., que utilizan actualmente el vidrio como uno de los principales referentes en sus construcciones, disponen de edificios proyectados para ser diferenciales entre las demás construcciones de una ciudad, espíritu que se está transmitiendo también a los edificios residenciales. En cualquier caso, siempre existe la necesidad de su protección frente a los excesivos aportes solares y contra el deslumbramiento.

Texto de Decosutol s.l.

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